Otra de las consecuencias que he notado es que llevo casi 2 años sin necesidad de comprar ropa nueva. Aún estoy gastando la que tenía en el armario.
En el proceso de desprenderme de lo que no necesito, aprendo cosas sobre mi misma:
- qué tipo de ropa prefiero,
- qué colores son los que realmente me gustan,
- con qué me siento realmente cómoda.
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